domingo, 7 de octubre de 2012

CAPÍTULO CUATRO - Lo especial no siempre es bueno


El permanecer en mi mundo feliz solo podía durar un fin de semana, ya está. Tenía asumido que nada iba a volver a pasar, que todo iba a volver a ser igual. Pero no. Y eso no fue algo bueno. Solo necesitáis saber una cosa. Y es mi historia con Pablo, así que empecemos desde el principio.

Mi ex-novio y yo nos conocemos desde pequeños, hemos sido vecinos y muy amigos desde siempre. Así que cuando empezamos a salir, un año antes de que me dejara, nadie se extrañó de ello. Pero por muy amigos o novios que fuésemos, nunca hemos llegado a ser iguales. Él era el chico que se llevaba bien con todo el mundo, el popular, el deseado por todos. Alto, rubio, ojos de un marrón intenso, de estos que te llegan dentro. Atento, sonriente, encantador. Mientras estuve saliendo con él era un amor, reconozcámoslo. Venía a mi casa todas las tardes a las siete solo para verme y estar conmigo un rato, me ayudaba si necesitaba ayuda, me decía todo lo que necesitaba oír, me animaba, me apoyaba, era el novio perfecto. Hasta que, de repente un día, dejó de serlo. Se empezó a juntar con gente… especial. Y lo especial no siempre es bueno.  No me preguntéis qué dijeron o qué hicieron para cambiar a mi amigo de toda la vida, porque no lo sé y, sinceramente, tampoco quiero saberlo. Lo único que me importa es que el chico perfecto que tenía se convirtió, poco a poco, en alguien de quien llegué a tener miedo.  Miedo de no conocerle, de no saber en qué se había convertido, de dejar de ser mi amigo, mi Pablo. Así que si soy sincera, que me llegara aquel mensaje no me extrañó demasiado. Aunque llorara, no lloré porque me dejara, que también, sino porque aquella fue la señal que me dijo: ‘Lo has perdido, Alba. Para siempre’. Vale, sé que puede sonar un poco melodramático y todo eso, pero es verdad. Una parte pequeñita de mí siempre había pensado que aquello no duraría eternamente, pero que mi amigo Pablo iba a estar conmigo pasase lo que pasase.  Y que, el lunes en el instituto, no me dirigiera ni siquiera una mirada cuando le pidió a Laura que le cambiase el sitio en clase para no sentarse a mi lado, fue la mayor decepción que me he llevado en la vida.

Y, a pesar de todo eso, de todo lo que me había llegado a fallar, de todo lo que me había desilusionado, yo quedé como la mala de la película. ¿Qué por qué? Pues porque él era el popular, el majo, el simpático, el que todos querían. Yo, al contrario, sin Pablo era una donnadie, una chica más, del montón. Alguien a la que no importaba si hacías daño o no, total, ¿qué iba a hacer? Los amigos especiales de Pablo eran los que manejaban el instituto, por decirlo de alguna manera. Eran el tipo de gente al que todos quieren pertenecer. Si te metías con alguno de ellos, el resto del mundo se te echaba encima, se abalanzaban sobre ti. Daba igual quién fueses, cómo fueses o qué parte de razón tuvieses, siempre acababas perdiendo. ¿Que si era justo? De ninguna forma. Pero tampoco podía hacer nada por cambiarlo, ¿no…?

Bueno, el caso es que hacerme la vida imposible se convirtió en la mayor atracción turística del instituto. Nunca me ha importado demasiado lo que los demás piensen de mí, pero convivir en un sitio en el que solo tres personas te respetan, no es agradable. Sí, les debo todo a esas personas: Laura, obviamente, Dani y Marco. A Laura ya la conocéis, mi mejor amiga, la que nunca me ha faltado. De estatura media, pelo castaño claro, ojos verdes, muy inteligente. Pero a Dani y a Marco no. Son mis mejores amigos, sí. Son esos gemelos que jugaban conmigo y con Pablo cuando los cuatro éramos unos mocosos. Aunque seguían siendo muy amigos de… él, nunca me fallaron, siempre estuvieron allí, para sacarme una sonrisa. No mencionarles ahora sería una falta muy grave porque, aunque no son muy relevantes para la historia, son dos de las tres personas que me hicieron creer que podía seguir adelante, aunque se me cayese el mundo encima.

Así que ahí me teníais, un lunes, en clase, recibiendo malas miradas de todos y risas y comentarios de algunos. Pero no podía hacer nada. ¿Se considera eso maltrato, abuso o acoso? No es demostrable. ¿Qué haces, entonces? Aguantarte. Nunca había tenido que luchar contra algo tan  grande de lo que yo tuviera tan poca culpa. ¿Fue mi culpa que mi queridísimo novio decidiera juntarse con otra gente? ¿Qué se volviera un completo idiota? ¿Qué me dejase? Pues se veía que sí.

-    Albs, tranquila. – Me dijo Laura en el recreo. – Sé que ahora no lo verás, pero lo que ellos piensen en realidad importa una mierda.  Todos saben que es una tontería y que no deberían hacer esto, que no les incumbe.

-    Entonces dime tú por qué lo hacen. Por qué no puedo andar tranquilamente por aquí sin que nadie me dirija una sola mirada de asco. Por qué no puedo pasar delante de un grupo de gente sin que todos se callen de repente. Por qué nada es como antes.

-    Porque necesitan meter miedo. Tengo la teoría de que cada x tiempo tienen que hacer ver al resto de los mortales que son claramente superiores y que por eso, de alguna manera, mandan. ¿Cómo hacerlo? Pues como están haciendo contigo. Consiguiendo que un grupo pequeño les siga. Por miedo a que les pase también a ellos, el resto hará lo mismo, aunque piensen diferente. Pero tienes que demostrar que eres fuerte, porque siempre vana por el más débil.

-    ¿De verdad crees que son tan crueles? Me refiero a que, por mucho que me esfuerce, a mí no se me ocurriría una cosa como esa.

-    ¿Sabes qué? A lo mejor no lo hacen a posta de verdad, pero no me extrañaría. Además, sabes que Alicia te tiene unas ganas terribles desde siempre por Pablo. Le gusta desde el primer día que le vio. Lo sabes.

Vale, aquí hay que hacer una aclaración. Alicia, la más especial de los amigos de Pablo. Era, por decirlo de alguna forma, lo más de lo más: guapa, alta, rubia, pelo largo, ojos marrones claros, inteligente, popular. Podía tener a todo aquel que quisiera comiendo de su mano en un abrir y cerrar de ojos. ¿Pero qué le faltaba? A mi chico. ¿Que por qué al mío? Cosas del destino, nunca se sabe. Pero desde que empecé a salir con Pablo no ha dejado de intentar acercarse más y más a él. Primero metiéndolo en su grupo, luego separándolo de mí… Y ahora ridiculizándome. No me entendáis mal. Yo no tenía nada en contra suya, hasta que empezó a hacerme la vida imposible. Entonces ya sí.

Pero bueno, os lo creáis o no,  conseguí salir de aquel espantoso sitio aquel lunes sin sufrir ningún daño físico. Pero no todo acabó ahí. Al salir de aquel infernal lugar llamado instituto, me dirigí directamente a cruzar la calle, a irme a mi casa, corriendo. Pero antes de que pudiera siquiera poner un pie fuera de la valla…

-    ¿Alba? – Me giré para ver quién podía ser. Y ¡oh sorpresa!

-    ¡¿Adri?! – Asintió. Me dirigí hacia él y le abracé. Su abrazo fue lo mejor del día.

-    No sabía que vinieses a este instituto. – Dijo una vez que le solté.

-    Ni yo que tú también, no me sonabas de nada cuando te vi en la cafetería. – Y en ese momento pensé que si Adrián iba  a mí instituto sabría todo lo que se decía de mí por allí… Oh, no.

-    Es que yo no vengo aquí. – Se rio. Suspiré del alivio en aquel momento. – Estudio en la Academia de Bellas Artes.

-    ¡Oh, Dios! ¡Eso tiene que ser genial!

-    La verdad es que sí. – Me sonrió. Sé que puedo parecer muy pesada, pero su sonrisa enamora. Lo prometo.

-    Pero, entonces… ¿qué haces aquí?

-    Vengo a recoger a mi vecina. Su madre no puede venir hoy y le ha pedido a la mía que se pasase por aquí de la que venía de recogerme a mí de la Academia.

-    Ah… ¿Y quién es tu vecina?

-    Probablemente la conozcas. ¡Mira viene por ahí! – Y saludó a alguien detrás de mí.

Me giré para ver quién era la que devolvía el saludo y creo que a las dos se nos puso la misma cara al reconocernos mutuamente. Pero seguro que la cara de espanto quedaba mucho mejor en la de Alicia que en la mía.

3 comentarios:

  1. Pelea de gatasss jajaajaja. Que corra la sangreee
    Jajaja
    Que mona alba cuando abraza a adri <333
    Tu fan numero 1 quiere el siguiente capotulo

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    1. ¿Mi fan número uno es consciente de que parece que hablo sola? Jajajajaja

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  2. Venga ya esta historia es genial! Sigo esperando el capítulo 5....:):)

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